Viernes, 3 de Noviembre de 2000

López Murias muestra su obra tras diez años de ausencia
«He retomado ensayos de juventud que fueron postergados»

López Murias reconoce que su pintura no se corresponde con algunas tendencias pictóricas actuales, más centradas en la abstracción. Pero, como él asegura, «los procesos pictóricos son personales e intrasferibles». En esta exposición (bodegones, paisaje y figuras), y después de dos décadas de «inmovilismo» en el lenguaje plástico, ve algunas diferencias estilísticas. «Se dejan notar las consecuencias de una etapa de diez años muy activa en la que el estímulo expresivo es más acendrado y diverso que en épocas anteriores».

Según Fernando Ponce, (Universidad Complutense de Madrid), «Su pintura está centrada en un permanente juego con el color. El dibujo encuentra su base en el cromatismo y se convierte en estructura y nervio interior de la mancha, en soporte de la composición. La forma y el perfil, ajustados por el dibujo preciso, confirman a un pintor que ha hecho de cada pincelada una metáfora de luz y un latido de humanidad».

¿Puede haber una pérdida de lirismo, en un trabajo tan formal como este?
– El lirismo viene de determinados temas que uno elige. Pese a utilizar una técnica determinada, siempre acaba aflorando.

Cuadros y movimiento
Hay cuadros totalmente formales y con mucho movimiento.
– En algunos casos (titanes, y danzantes) este movimiento es muy acusado, podría decirse que incluso barroco, por lo movido. En realidad, esto proviene de una actitud que he tenido siempre de dar fuerza a la pintura. Lo que pa sa, es que ser muy riguroso con la técnica me hace ser tranquilo, no desmadrarme.

No ir a la moda pasa factura, sobre todo pensando en exponer en salas y galerías.
– Sí, soy consciente de eso pero es un problema general. Ahora hay que estar a la moda, pero no quiero depender de nada. Si tengo que preocuparme de estar a la moda podría inventarme una manera de hacer incluso más cómoda. He hecho abstracción pero me resulta demasiado sencillo. Incluso algo falso.

¿Por qué?
– Quiero meterme siempre en los problemas más complicados que pueda meterse un pintor, aspirar a lo máximo. Me conformo con mis ideas de poder conseguir, con figuración, los temas que yo quiero. Por estar a la moda no quiero meterme en un camino que no me va a dar satisfacción.

Una moda que «exige» ser figurativo o no figurativo.
– Sí, hay una bipolaridad que se ha convertido en una gran barrera. Sin embargo, entiendo que un cuadro abstracto puede ser magnífico. A veces tengo ganas de pintarlo si está bien compuesto y el color me lo pide. Siempre lo he dicho: prefiero un buen cuadro abstracto que uno malo figurativo. Pero, si se juntan las dos cosas y el cuadro figurativo es muy bueno, tiene expresión, fuerza y, además el tema comunica con el espectador, es lo más completo. Lo que pasa es que en la abstracción es muy difícil comunicar al espectador el mensaje que persigue el artista.

¿Aprecia algún cambio de inquietud en los alumnos que pasan por la escuela?
– Tenemos un alumnado que acude a la escuela para aprender y en esos niveles no se pueden detectar inquietudes complejas. Ellos están descubriendo el dibujo artístico y quieren estudiar unas especialidades. Hasta la aprobación de la Logse, las escuelas hacían una labor extraordinaria pero no estaban integradas en el tema educativo. Daban unas especialidades pero sin reconocimiento. Ahora, se han implantado los ciclos formativos en el sistema eductivo y se ha producido un gran cambio.